Beneficios para la salud

¡Un regalo para los ojos!

La calabazas, encierran una cantidad importante de luteína y zeaxantina, dos antioxidantes que desempeñan una función de protección de la retina, el órgano sensible de la visión.

Las calabazas, también son:

  • fuentes de provitamina A o betacaroteno (metabolización del hierro, salud de la piel y las mucosas, sistema inmunitario y crecimiento), que es también indispensable para la visión nocturna.

Además contienen:

  • manganeso
  • potasio
  • magnesio
  • vitamina C
  • vitamina B9
  • vitamina B6

¿Cuál es el mejor momento para comerlas?

Todo el año.

Pero su mejor temporada, va de octubre a enero, ya que las calabazas son por lo general, hortalizas de invierno, con la excepción notable del calabacín y la calabaza bonetera, que se consumen en verano.

¿De huerto o huerto urbano?

Las calabazas (Cucurbita pepo, maxima, melopepo, moschata), pertenecen a la familia de las cucurbitáceas. Son sensibles al frío. Se deben sembrar a finales de primavera, de últimos de mayo a principios de junio, cuando la temporada de heladas ya ha llegado a su fin. La helada de otoño, también es muy nociva para la planta.

En el huerto, las calabazas necesitan mucho espacio: cuanto más grande sea el fruto que se cosecha, más grande debe ser el espacio reservado a la planta. Se recomienda dejar una distancia aproximada de 2 a 2,5 m entre hileras y separar las semillas de 0,5 a 0,6 m entre sí. Una tierra húmeda, es suficiente para el crecimiento óptimo de la planta y los frutos. Además, para que los frutos crezcan, es necesario que las flores femeninas, sean polinizadas por las flores masculinas. Como promedio, se obtienen de 1 a 2 frutos por planta, según las distintas variedades de calabaza. En el caso de calabazas miniatura, como las Baby Boo, Sweetie Pie, Jack-Be-Little y Munchkin, una planta puede producir de 12 a 15 frutos.

Para saber más sobre la forma de cultivo de las calabazas, consulta la sección dedicada en exclusiva a estas recomendaciones.

Seleccionar y conservar

Para seleccionar correctamente las calabazas:

  • La calabaza ha de ser lisa y firme; su piel, no debe tener manchas.
  • Las calabazas pequeñas, son mejores que las grandes porque su carne es más fina.
  • La carne, ha de presentar buen aspecto y no tener consistencia viscosa.
  • Elige una que conserve el tallo o pedúnculo: se conservará más tiempo.

Para conservar correctamente las calabazas:

  • En un lugar seco y fresco: protegidas de la luz durante varios meses.
  • En el frigorífico: cortadas y protegidas por film transparente de 3 a 4 días.
  • En el congelador: escáldelas antes de congelarlas.

Consejos y trucos

La calabaza, se prepara…

No las peles, sobre todo cuando se trate de calabazas de verano (el calabacín y calabaza bonetera). La piel, es tierna después de la cocción. Córtela por la mitad y retire las pepitas.

Las calabazas de verano, se consumen crudas o cocidas. Por ejemplo, se pueden servir en ensalada, asarlas al horno, saltearlas en la sartén e incluso gratinarlas.
Las calabazas de invierno, solo se comen cocinadas.

Consideraciones para su cocción:

  • 15 minutos: en la olla a presión
  • 40 minutos: al horno
  • 20 minutos: en agua hirviendo

La calabaza, combina bien con…

Cruda. Ralladas como las zanahorias, o cortadas en láminas finas, las calabazas pueden constituir entrantes sorprendentes y originales. Combinan bien con hierbas frescas, limón y frutas, queso fresco.

Cocinada. Las calabazas, son deliciosas en potaje, en particular con zanahorias y jengibre. Son un ingrediente perfecto para elaborar sopas, risotto, estofados y currys. También, son deliciosas gratinadas y en puré; para darles un toque personal, se puede añadir sirope de arce, romero, nueces, ajo…

Las calabazas espagueti, combinan maravillosamente con una salsa de tomate: ¡el efecto es siempre sorprendente!

Gracias a su sabor ligeramente dulce, ciertas calabazas (potiron, hokkaido o potimarrón, butternut) pueden servir para elaborar deliciosos postres (tartas, bizcochos, magdalenas…).

¡Truco anti-despilfarro! No tires las pepitas. Después de escaldarlas, tuéstalas. Sazónalas y sírvelas como aperitivo o en ensaladas.

¡Todo el mundo la come!

Niños pequeños

Los niños, pueden consumirla a partir de los 12 meses, les gustará en sopa, en puré, o en postres (bizcochos, dulces, tartas, compotas…).

Y los demás…

Todo el mundo, aprecia su sabor ligeramente dulce.

Tarte à la courge

Orígenes y variedades

Orígenes

Consumidos ya en México 7000 años antes de nuestra era, las calabazas y calabacines, representan un cultivo tradicional importante en Estados Unidos. Los amerindios, utilizaron durante mucho tiempo una técnica agrícola complementaria y mixta conocida como “las tres hermanas”: maíz, alubias y calabazas, se plantan juntas y cada planta, contribuye al crecimiento y la supervivencia de las otras dos.
Actuablemente, las calabazas se cultivan sobre todo en China, India, Rusia, Irán, Estados Unidos, Egipto y Ucrania.

Variedades

Cilíndricas, redondas, alargadas, blancas, verdes, amarillas, beige o anaranjadas y de todos los tamaños, las calabazas son sorprendentes por su diversidad.

Se conocen y se cultivan diversas variedades:

  • las calabazas butternut, musquée y espagueti (Cucurbita moschata)
  • turbante turco, hokkaido o potimarron, potiron (Cucurbita maxima)
  • el calabacín, la calabaza gigante y la calabaza bonetera también forman parte de esta gran familia, pero pertenecen a otra especie (Cucurbita pepo).

Entre estas variedades, se distinguen dos grandes categorías de calabazas: las calabazas de verano y las calabazas de invierno.

  • Las calabazas de verano, tienen la piel fina; son más delicadas y se conservan menos tiempo. Se recogen muy jóvenes, aún inmaduras (calabacines verdes, amarillos).
  • Las calabazas de invierno, se conservan durante más tiempo y su carne es más dulce, más seca y anaranjada (potiron, hokkaido o potimarron).