¿Y si fuera posible cultivar sus vegetales, mientras todo fluye sin problemas? Esta es la apuesta no tan loca que hizo Didier Helmstetter, gracias a su técnica de jardinería de una cubierta de heno, llamada fenocultura.
El término fenocultura, inventado por Didier Helmsetter, proviene de “fenum” que en latín significa “heno”. Este agrónomo francés es el autor del libro titulado “el huerto del perezoso” (le potager du paresseux), en el cual muestra su experiencia en el área agro-ecológica.
Pero, ¿Qué viene a hacer el heno en esta historia? En realidad, es el arma secreta para cultivar de manera óptima sin cansarse demasiado.
¿POR QUÉ CUBRIR EL SUELO?
Cubrir el suelo de heno, cumple 4 funciones importantes:
- Evita que las malezas crezcan al privarlas de la luz. Esto reduce enormemente la labranza: ¡No más azadas, palear y cavar!
- Protege el suelo contra las agresiones , principalmente las relacionadas con el clima:
- evitando la evaporación del agua y la resequedad del suelo después de una exposición prolongada al sol. Por lo tanto, el agua, está más disponible para los organismos y las plantas del suelo.
- mitiga el impacto causado por las gotas de agua durante la temporada de lluvias. Previene la formación de una corteza que bloquea el flujo de aire y dificulta la actividad biológica de los organismos vivos en el suelo.
- Suprime la dependencia de los fertilizantes minerales o químicos. El heno es una materia orgánica que, cuando se descompone, les proporcionará a las plantas los alimentos que necesitan para crecer.
- Proporciona a los organismos del suelo la materia orgánica necesaria para sobrevivir. Estos organismos pueden estructurar el suelo, pero también degradan la materia orgánica para proporcionar a las plantas los nutrientes que necesitan.
HENO Y NADA MÁS
No son las alternativas las que faltan: lona, corteza, árbol desmenuzado, paja… Pero Didier Helmstetter insiste: el heno es la mejor opción. Esta hierba se corta en el momento en que la flor comienza a formarse, se seca y luego se enrolla para formar almiares.
El heno contiene sustancias nitrogenadas, semillas, celulosa y azúcares solubles. Un festín para los organismos del suelo que solo obtienen la cantidad correcta de nitrógeno, carbono y energía para vivir.
La descomposición del heno proporciona todos los nutrientes que las plantas necesitan para su crecimiento. El heno es un fertilizante natural que hace el trabajo por usted!
¡Consulta los vídeo de Didier Helmstetter!